Xavi tenía 19 años y el pasado 5 de mayo murió mientras trabajaba en la empresa CIDAC, de Cornellá de Llobregat. Un rodillo de tela asfáltica lo engulló, porque los sistemas de seguridad llevaban meses sin funcionar. Además, la empresa tampoco cumplía con las medidas de seguridad sanitaria y obligaba a sus empleados a hacer jornadas de 12 horas, a conducir toros mecánicos sin carné y a comer en un almacén infestado de ratas. El caso de Xavi es un asesinato patronal y no puede quedar impune.
El homenaje que hoy rendimos a Rita Barberá es también para todos los concejales y para tantos a los que el terrorismo arrebató la vida. 