El episodio reciente del intento de nueva colocación de la cruz del Aneto, con el correspondiente despilfarro económico, tiene que mover a los clubes de montaña y a las organizaciones políticas, sociales, culturales y medioambientales, a implementar normas legales que impidan estás prácticas y que preserven estos monumentos naturales como fueron creados por la naturaleza.

El PP rechaza parar una obra de 1,1 millones del Fondo Europeo de Desarrollo Regional para peatonalizar y acondicionar el tramo de carretera donde viven el presidente de la Diputación de Ourense, su padre, su cuñada y la familia de su mujer.

La cruz del monte Buruntza (441 metros, en Andoain, Gipuzkoa), una mole de cemento de 10 metros de altura, ha dejado de ser visible en su cima y permanece muy dañada en el suelo. Fue demolida el pasado 18 de diciembre por miembros de Ernai, las juventudes de Sortu, en una acción que ejecutaron con nocturnidad y alevosía y de la que se vanaglorian por considerarla un triunfo contra “los elogios del franquismo”. Los autores del derribo son reincidentes y sacan pecho en sus cuentas sociales cada vez que consiguen tumbar uno de estos símbolos