Lucimos unas tragaderas de tamaño monumental en esta España mía, esta España nuestra. ¿Dónde están tus ojos, dónde están tus manos, dónde tu cabeza? En esas tragaderas tiene cabida todo lo que gusten echarnos, basuras, bazofias, mentiras. Aguantamos carros y carretas. Se ríen de nosotros y nos dejamos humillar como individuos sin carácter, inteligencia ni voluntad. Hacen primero un intento y cuela. Entonces ya no hay remedio. El estrecho canal se va abriendo poco a poco, miramos cómo se ensancha y nada hacemos...