La plaza de toros de Consuegra que a lo largo de sus 129 años de historia ha sido testigo de espectáculos taurinos, apoteósicos unos, notables otros o a veces decepcionantes, pocos espectadores que el pasado sábado, en la mitad de su aforo cubrían los tendidos, iban a presenciar el hecho de que un experimentado torero, se negara a matar un toro, estando ya en el último tercio de la lidia.