La palabra libertad dentro del capitalismo, ha sido desnaturalizada, prostituida, desvirtuada, mancillada, y en nombre de ella, se han cometido y se continúan cometiendo los más viles atropellos. Bajo su radio de acción, lo único que se procura es enmascarar el auténtico propósito de las medidas que se van tomando: dar cada vez más poder a los más poderosos, a costa de hundir a los más débiles. La conclusión que podemos sacar es que no existe libertad en el sistema capitalista, pues todos los aspectos humanos se subordinan al Capital.