A la izquierda le sienta fatal esto de gobernar, porque el gobierno obliga a enfocar la agitación social y el descontento desde la atalaya defensiva, y a usar los métodos fascistas de represión que habías criticado cuando estaban en manos de la derecha, por ejemplo, las leyes mordaza. Por otra parte, el ejercicio de gobierno te deja sin coartadas para la gustosa demagogia. ¡Qué triste que la subida de la luz o los carburantes no te sirva para hacer pancartas, como tampoco la escalada de los precios de la vivienda! ¡Qué infame el descontento