Sumar, el partido de Yolanda Díaz, ha lanzado una proposición de ley para “modificar aquellos artículos del Código Penal que chocan frontalmente con la libertad de expresión”

Sumar lleva al Congreso una iniciativa en defensa de la libertad de expresión, que incluye la ofensa a los sentimientos religiosos. Unidas Podemos ya lo intentó en dos ocasiones

El máximo órgano rector de la formación en Galicia acordó "ante la falta de propuestas concretas por parte del movimiento Sumar, empezar a trabajar en la preparación de una candidatura propia para las próximas elecciones autonómicas".

Anova, ahora encabezada por el exalcalde de Santiago de Compostela Martiño Noriega, ratifica con esta decisión su giro estratégico en relación a la izquierda de obediencia estatal, junto a la que se presentó a los comicios de 2012 -Alternativa Galega de Esquerda-, 2016 -En Marea-, y 2020 -Galicia en Común. El 23J, Beiras y Noriega ya habían escenificado el cambio de rumbo al solicitar el voto para su antiguo partido, el Bloque, y hacer una defensa de la autonomía de la izquierda nacionalista.

Mientras en el acto de Podemos en Callao había más gente fuera que dentro, por problemas de aforo, en A Coruña, Sumar llamó a los suyos y tuvieron que poner paneles para aparentar un lleno que no existió.

El partido de Yolanda Díaz busca ahora una alianza con Esquerda Unida y obtener apoyos "de personas" vinculadas a las mareas y al resto de formaciones afines a su proyecto. Fuentes de Podemos subrayan la "incoherencia" de que éstas prosigan en cambio en Euskadi, donde también hay previstas elecciones y donde la vicepresidenta sigue manteniendo la idea de ir en coalición con los morados pese a la ruptura en Madrid.

"O nos renovamos o nos morimos", advirtió Juan Carlos Monedero. La ruptura con Yolanda Díaz sólo se abordó en la ejecutiva, no en el órgano de dirección política. Sumar paraliza las conversaciones para concurrir juntos en Galicia

El espacio representó una alianza amplia desde la irrupción de Podemos (2014), el municipalismo (2015) y el pacto de los botellines entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón (2016). El espacio llegó a máximos de 6M de votos el 20 de diciembre de 2015, medio millón más que el PSOE. Eran tiempos en los que Podemos representaba una transversalidad que le conectaba con el 15M en un momento en que el bipartidismo estaba bajo mínimos, con la abdicación de Juan Carlos I, la crisis del consenso del 78 y la ausencia de la ultraderecha en las instituciones.

Consultan a las bases hasta para elegir el color de la moqueta del chalé, pero se salen de grupo parlamentario como el que lo hace de uno de Whatsapp. Y no lo llaman transfuguismo porque en su caso siempre hay un “pero es que en este caso”

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