La hegemonía cultural ha generado un consenso con relación a la libertad individual, una forma de libertad propia del sistema capitalista que aísla y se cierra sobre el sujeto aislado imposibilitado de generar sociedad y política, libre de comprar o elegir sobre diversas opciones preseleccionadas, es decir, libre dentro de los limites sistémicos, sin embargo, tan solo y egocéntrico que se ve incapacitado para la generación de organización y acción política, siempre como receptor pasivo del cambio aprobado, pero nunca generador de este.