Luego de la muerte de Calvi, lo más curioso fue que un amigo personal de Juan Pablo II compró los documentos que había tenido Roberto Calvi. ¿Había que 'limpiar' la escena del crimen? Un episodio escandaloso que el Vaticano prefiere ignorar más que el asesinato de Juan Hus o de Jerónimo. El 5 de junio de 1982, Calvi envió una carta desesperada a Juan Pablo II en la que garantizaba al Papa que no revelaría nada de lo que había hecho "en interés de la Iglesia". También le ofrecía "importantes documentos". La carta no tuvo respuesta. El cadáver de
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