Se termina el curso y comienza la elección de vacantes. Una gran anomalía recorre, de mano de Geroa Bai y Navarra Suma, dicha elección. Mientras hay profesorado de diferentes especialidades que tienen que impartir 11, 12, 15 o 9 horas, con la rebaja de sueldo que suponen esas vacantes, a los elegidos por el obispo de turno para dar Religión católica en los centros de titularidad pública se les completa su horario. Esta anomalía no hace más que ahondar en los privilegios y prebendas varias que la Iglesia católica dispone desde tiempo inmemorial.
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