Una de las escenas más impactantes del mandato de Donald Trump tuvo lugar en 2017. El presidente invitó al Despacho Oval a un un nutrido grupo de líderes evangélicos. La reunión terminó con el presidente sentado frente a su mesa, rodeado de pastores que rezaban por él. Al menos cinco posaban sus manos sobre las anchas espaldas del magnate, que mantenía las manos entrecruzadas y los ojos cerrados. Tomó la palabra el pastor texano Robert Jeffress: "Padre, nos has dado un regalo, el presidente Donald Trump, que quiere traer curación a este país".
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