El lenguaje político se ha vuelto más ofensivo y polarizante y usa insultos como estrategia para captar atención y movilizar opinión pública. Esto no hace más que reflejar un empobrecimiento del debate ideológico. La sublimación de esta estrategia incisiva y dramática son los llamados “zascas”, mediante los cuales se intenta dejar sin respuesta al rival con una réplica cortante, rápida y a menudo ofensiva. La Fundeu los representa con la imagen de una agresión.
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