la COP26 tiene como objetivo imponer a los países del Tercer Mundo grandes inversiones para evitar las emisiones de CO₂. y que nada tiene que ver con la protección del medioambiente. Un show montado para desviar la atención del público. Los presidentes de Rusia y de China, ambos resueltamente hostiles a los proyectos financieros que se cocinan en la COP, se negaron a participar en esa reunión aunque los banqueros más conocidos del mundo hablan allí de 100.000 millones de dólares en inversiones.
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