Ya en 2012, Kirill calificaba de "milagro" la llegada de Putin al poder, y a lo largo de la última década no ha dudado en justificar la represión policial de las manifestaciones de la oposición o en bendecir las armas y las guerras de Moscú en el extranjero. El pasado año, el patriarca bendijo a Putin durante la inauguración de la catedral de las Fuerzas Armadas rusas, y muchos de sus clérigos han rociado con hisopo las armas que hoy masacran a la población ucraniana.
|
etiquetas: religión , rusia , ucrania , ortodoxos