Valonia y Bruselas mantienen la versión más avanzada de un cordón sanitario. Los demás partidos boicotean a cualquier cosa que se parezca al RN de Marine Le Pen en Francia, a Vox o a la AfD alemana, pero el pilar del cordón sanitario es mediático. Su teoría dice que sin oferta no hay demanda, que nadie va a votar a un candidato que no conoce. Y ni siquiera en los últimos años, con el crecimiento de la importancia de las redes sociales, la extrema derecha consiguió levantar la cabeza entre los belgas de habla francesa.
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