Está en la misma cueva en que se encontró el santuario de los neandertales. el fósil humano hallado es el de mayor antigüedad en la Comunidad de Madrid y también el primer resto de actividad humana en el valle del Lozoya. Que apareciera en el cubil de hienas indica que a su dueño «muy probablemente, se lo comieran los animales, carroñeando, o tal vez lo cazaron si era muy viejo». Este fósil es muy singular por su antigüedad: apenas hay restos en toda la Península Ibérica de fechas tan remotas, y su descubrimiento coloca a Madrid en ese ranking.