Una investigadora de la Universidad de Cambridge, la Dra. Ashleigh Wiseman, ha reconstruido digitalmente por primera vez los tejidos blandos que le faltaban a un antepasado humano primitivo, revelando su capacidad para mantenerse erguido como lo hacemos hoy en día. En los últimos 20 años se ha empezado a llegar a un consenso sobre la marcha totalmente erguida, y el trabajo de Wiseman viene a corroborarlo.