La moneda de 1 Cent de Canadá de 1936 es una moneda fascinante: tiene una historia detrás llena de amor, muerte, robos, y, por en medio, un tío muy espabilado. Y, aún encima, su precio es desorbitante. Es la pieza perfecta para explorar qué hace que una moneda sea interesante, pero también qué es exactamente lo que hace que una moneda sea cara.