Uno de estos emperadores fue Trajano Decio, comandante de las legiones del Danubio durante el reinado de su antecesor, Filipo el Árabe. Decio aprovechó la revuelta de Pacatiano en el Danubio y, tras derrotarlo, se proclamó él mismo usurpador en oposición a Filipo, derrotándolo en la batalla de Verona. El reinado de Decio duró alrededor de dos años, terminando con su muerte en el año 251 a manos de los godos en la batalla de Abrito. Se convirtió así en el primer emperador romano en morir en manos de un enemigo extranjero.