Los tambores suenan.
Desde el castillo real contemplas toda la ciudad e incluso llegas a otear el campamento enemigo donde los restos del rey Elnath continúan pudriéndose. Los tambores resuenan. El cadáver de Aldebarán yace en algún sótano de la Academia. Perfecto. Otro rey muerto era justo lo que pedíamos.
La ciudad ha comenzado a prepararse para el envite enemigo. Nuestras tropas son escasas pero están bien entrenadas y contamos con fuego eterno como apoyo. Las clases bajas y altas de la ciudad han resistido el asedio hasta ahora, dentro de lo que cabe, pero ¿qué hay de nuestra fe…