lgunas partes de nuestro cuerpo son vestigios primitivos que alguna vez en el pasado remoto tuvieron una función importante que hoy ya no tienen. El apéndice, la capacidad para mover las orejas a voluntad, la «piel de gallina», el coxis, o las muelas del juicio. Todos ellos son caracteres que no contribuyen a incrementar nuestra supervivencia y, sin embargo, siguen ahí, haciéndonos compañía como prueba de una evolución que todavía no ha sido capaz de quitárselos de en medio. En el siguiente video se analiza en detalle el porqué de algunos de...