Tarifa de última hora de Devnull es el texto ganador del concurso de microrelatos de esta semana: www.meneame.net/m/microrelatos/tarifa-ultima-hora
Ayer tuve un sueño lúcido, de esos en los que sabes que la verdad es ciertamente falsa. Me premiaban en los Óscar como el mejor actor de la historia. El presentador enumeraba mis méritos: toda una vida fingiendo.
El buen estudiante, que se sacó una carrera que odiaba para complacer a sus padres. El trabajador ejemplar, que jamás dejó entrever su desprecio por la empresa. El compañero perfecto, que fantaseaba con dejar de producir mierda para poder comprar cosas que no necesitaba, o algo así, como en aquella película. El esposo ideal, cuya mujer nunca sospechó de sus infidelidades. El padre modelo, que ocultaba su arrepentimiento por traer más vidas a esta picadora de carne llamada civilización.
Desperté. Mi mujer me miró soñolienta.
—¿Estás bien?
—Estupendo.
Besé su labio tembloroso y salí al frío de la vida, con la mejor de mis máscaras. Definitivamente, soy un gran actor.
Cuando Francis abrió los ojos, una máscara flotante le observaba.
-Empieza el viaje Francis. Será largo y necesitarás ayuda. Por eso puedes llevarte tu bien más preciado.
Francis encontró en sus manos un trozo de latón oxidado. “Oscar al mejor Director”. Y entonces recordó.
Su 20 cumpleaños chupando el repugnante rabo de aquel director que le metió en el mundillo a cambio de placer.
Su amada Sue llorando cuando le exigió acostarse con el productor que podía darle su primera película.
Ron, su detective, que organizó mil montajes para destrozar a sus rivales.
La montaña de vejaciones, insultos y amenazas a los actores que debieron sufrirle. Aquel suicidio.
Las decenas de chicas que se tiró con falsas promesas de un papel.
Y tantas otras cosas…
La noche en que le entregaron el Oscar, algo le decía que, unos años después, la estatuilla sería chatarra, pero sus actos le acompañarían eternamente.
Quisiera dar las gracias por este premio a un sintético, el primero en la Historia del Visual-3Dreal en recibir este galardón a mejor actor en todas las categorías. Gracias a los miembros de la Academia por haber entendido el valor de transformar mi cara en la de cualquiera, gracias a la técnica de MimicTM y a los nuevos polímeros de piel que ahora estoy usando. Quisiera dar las gracias también al director H6L35 que supo poner orden en esta historia tan especial sobre el sentido de la vida desde la óptica de nosotros, los sintéticos. “Spoiler”, como decían en el siglo pasado, el año que viene nos llevaremos todos los premios de todas las categorías. Gracias.
Ana le dijo a Ángel que se había enamorado de él en cuanto lo vio. Sí, Ángel, estabas en el restaurante, con tus amigas, y me pregunté por qué yo no era una de ella. Allí estaban todas, riéndote las gracias y tú con la mejor de tus sonrisas. Lo demás fue sencillo: tomarme un café contigo, algunos besos, mi cuerpo conociendo tu cuerpo, hasta ser los dos y ser uno. Pasó el tiempo pero ahí me tenías, para todo aquello que deseabas. Imagino que así es el amor. Algunas noches, sencillamente, nos callábamos: tal era ya nuestra complicidad. Una película de cine mudo. Llegó algún problema, algún malentendido. Yo te seguía amando. Pero no encontraba el amor en tus ojos. Ni siquiera era deseo. Pensé, durante un tiempo, en que podríamos haber sido una película digna de un Óscar cuando lo único que llegamos a ser fue un film de sobremesa de Antena 3.
Los nominados estaban todos muy nerviosos. Parece que no, pero un premio así puede hacer que tu futuro cambie, literalmente.
El regidor los dispuso en el patio de butacas de manera que las cámaras pudieran captar hasta la más mínima expresión, la más tibia sonrisa, la más fugaz lágrima, quería que el espectáculo emocionara a los millones de espectadores pendientes de la ceremonia: sabían que ellos podrían estar allí en un futuro cercano, como nominados, si se esforzaban lo suficiente, si ponían el empeño necesario.
Los nervios repuntaron en cuanto el maestro de ceremonias hizo acto de presencia en el escenario. Entró, parsimonioso, hacia el atril central para anunciar al ganador.
Una vez hechas las presentaciones y nombrados los nominados, mientras las cámaras repasaban, una por una, sus caras, el presentador sacó el sobre con el nombre del afortunado:
-¡Y el premiado con un piso de alquiler asequible es……………!
menéame