Semana a semana, las páginas del otoño van cayendo. Y a medida que el campo calla, nuevos griteríos sobrevuelan nuestras cabezas. En oleadas, precedidas por los vientos más frescos, llegan las bandadas de aves invernantes. Los gansos grises, ánsares comunes, se dirigen, con certeza, hacia las charcas, salinas, lagunas y marismas donde van a pasar los meses fríos. Con las patas en el agua, atentos a cualquier chapoteo que delate la aproximación de un merodeador terrestre.