"Tuvimos la oportunidad de investigar a fondo la causa de estas muertes y gestionar posibles episodios futuros", afirma Erik Verreynne, veterinario y consultor de fauna salvaje con sede en Gaborone, la capital de Botsuana, que no participó en la investigación del Gobierno. "Pero, por desgracia, nos lo hemos perdido". Él y muchos otros veterinarios, científicos y conservacionistas han argumentado que las neurotoxinas de las floraciones de algas no son una explicación lógica para la muerte de