Son pequeñas parcelas acondicionadas para que los vecinos de la zona hagan uso de ellas con el fin de aproximarse a la sostenibilidad, tejer relaciones entre unos y otros, crear vínculos intergeneracionales y desarrollar proyectos de convivencia. Además, también se trata de espacios a los que algunos padres y madres acuden con sus hijos para enseñarles que los alimentos de los que disponen diariamente en la mesa no crecen en los supermercados y ampliar, así, su conciencia medioambiental.