Todos los días me cruzo con personas que dejan encendido el motor de su coche estacionado. Ventanillas bajadas y mirando el móvil, escuchando la radio o esperando a alguien, con frío o calor, sol o lluvia, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, transportistas y taxistas, ambulancias y policías, pero siempre con el motor en marcha. Un día comencé a preguntar el motivo. Reacciones y respuestas (verídicas) de todo tipo.