El Tribunal Supremo ha condenado este lunes a un año de prisión por un delito de acoso a una mujer que envió a su cuñada 500 mensajes de WhatsApp y de SMS, entre agosto de 2015 y mayo de 2016, al considerar que con sus actos produjo una grave alteración en la vida cotidiana de la víctima.

Pajarito decretó un toque de queda para menores de 17 años ante lo que considera supuestos ataques de "espíritus malignos" invocados por WhatsApp, los cuales según las autoridades registraron comportamientos extraños, amenazas de tirarse de puentes, laceraciones, desmayos y cambios de voces tras usar el popular sistema de mensajería. El alcalde pajariteño decretó el toque ante este "tema tan aberrante", "Unos niños dijeron que se iban a suicidar, hablaban incoherencias que 'porque ya les había llegado la hora", "Tomé esa decisión con base en los casos de alerta roja que se estaban presentando".

- Hola, sé que es tarde pero no lo soporto más! Perdóname! Te extraño y quiero estar a tu lado de nuevo...

- Campeón... ella ahora está durmiendo; pero, cuando despierte, le digo.

La conversación por WhatsApp se zanja con una carita sonriente con las mejillas algo sonrosadas. El que lo recibe entiende que su interlocutor está satisfecho con lo dicho en la conversación. Aunque también podría entender ese gesto como una muestra de agrado, ingenuidad, ternura, o de que se siente complacido, risueño, timorato, tímido, vergonzoso, pizpireto o, incluso, que el último mensaje le ha parecido algo cursi.

Grupo de padres de WhatsApp. Y ahora que diga alguien que exagero.