Los EEUU están ahora inmersos en un importante debate nacional sobre cómo luchar contra el Estado Islámico en Irak y Siria. Ese mismo debate sobre el futuro del papel de Estados Unidos en Afganistán no se está produciendo. Los EEUU han emitido la retórica tranquilizadora habitual después de la asunción del presidente Ghani y la firma tardía de seguridad bilateral y estatuto de las fuerzas.

Desde 2004, los EE.UU. han estado llevando a cabo un programa encubierto para atacar y eliminar comandantes a al-Qaeda y Talibanes basados en la zona "sin ley" al noroeste de Pakistán. El programa se ha dirigido a los principales líderes de Al Qaeda, la red de operaciones externas de Al Qaeda y los líderes talibanes y los combatientes que amenazan tanto a los estados de Afganistán y Pakistán.

Después de paralizar Islamabad durante días, las multitudinarias protestas bulliciosas que exigen la renuncia del primer ministro Nawaz Sharif están empezando a reducirse. Pero incluso si la actual inestabilidad política de Pakistán llega a su fin, la profunda crisis política del país no lo hará.