George Steiner argumenta en su libro Tolstói o Dostoievski, que ambos artistas encarnan dos antítesis del pensamiento humano. Tolstói representa a la mentalidad profética, utópica, que cree y promueve el perfeccionamiento de la humanidad y afirma que el único reino de los cielos posible debe ser realizado en la Tierra. Dostoievski, por el contrario, representa la mentalidad conservadora, la que está segura de la maldad intrínseca de los humanos, de su maldición y de la imposibilidad de redención en esta vida.

León Tolstói (1828-1910) no es sólo reconocido como uno de los literatos más brillantes y profundos de la historia de las letras, sino también como un hondo pensador cuyas ideas fueron formándose al calor de sus plurales y muy diversas experiencias vitales. Al contrario de lo que sucede en el caso biográfico de Dostoievski, en Tolstói resulta sencillo distinguir la faceta literaria de la más expresamente filosófica o, como él mismo la denominó, “evangélica”, pues cuando sus pensamientos sobre el mundo le dominaban y se decidió a ponerlos