Desde las mismas escuelas, se silencia la trayectoria de las mujeres públicas o se esconden detrás de las de mujeres que cosían y donaban joyas, para dar fuerza a certámenes que atacan el autoestima de las jóvenes y que fomentan la bulimia y la anorexia, imponiendo como modelo ideal la delgadez femenina.