Pawel Pawlikowski toma una mayor perspectiva antropológica en este documental rodado en Bosnia durante la guerra, no dependiente de los comentarios sino del poder de las imágenes: un bautismo masivo antes de la batalla final, las estrafalarias antigüedades de los miembros restantes de dinastía Karadjordje y las canciones tribales de los paisanos/soldados serbios en la línea del frente. El resultado es una indagación más universal sobre el estado nación y la visión etnocéntrica del mundo.