El Tour de Francia de 1999 me dejó tres imágenes que sigo recordando de vez en cuando. La primera de ellas fue una imagen indignante: Giuseppe Guerini ascendía el Alpe d’Huez en primera posición, bordando la que fue casi con total seguridad la mejor jornada ciclista de su vida, cuando un aficionado se colocó en pleno centro de la calzada con el propósito de sacar una buena foto del ciclista italiano. Este trató de esquivarlo desviando su rumbo hacia la izquierda, pero el mentecato del otro se desplazó en la misma dirección, colisionando...