Los jugadores celebraban en el campo el título de la Bundesliga con unos enormes vasos llenos de cerveza. Jerome Boateng decidió volcar uno sobre Franck Ribéry, quien ante el peligro salió corriendo. El francés huía, no por ser mojado, sino que al ser musulmán sostiene que el alcohol es "un sucio trabajo de Satán" e intenta mantenerlo alejado de su vida y su cuerpo. “No voy a volver a hablar con él, sabe que soy musulmán. Estoy enojado”, dijo el francés.

Ha llegado el momento de que el Betis se independice de ciertas tradiciones de arraigo católico, por respeto a todos los béticos que no profesan religión alguna. En mis años de adolescencia ya me preguntaba por qué yo, que no creo en dios, debía escuchar un padrenuestro durante cada minuto de silencio en el Villamarín, y también me preguntaba si había algún seguidor bético que profesara alguna otra religión, motivo suficiente para tenerle en cuenta a la hora de los rezos. Afortunadamente lo del padrenuestro ya no ocurre...

La iglesia, que hasta el momento posee 7.000 “me gusta” en Facebook ha convocado a la próxima “misa” para adorar a su “Dios del fútbol”. La ceremonia se llevará a cabo el viernes en Múnich, en el estadio Allianz Arena, donde el “Gladbach”, equipo del venezolano, visita al esta temporada “todopoderoso” Bayern, líder indiscutible de la Bundesliga.