Maverick Viñales es el nuevo campeón del mundo de Moto3. Se proclamó campeón del Mundo de 2013 en Moto3 en el Gran Premio de Valencia. Se impuso en una carrera que al final fue con tres pilotos en cabeza, Alex Rins y Jonas Folger. Luis Salom se cayó a unas 10 vueltas del final y dijo adiós al título.

Maverick Viñales se convirtió en el gran campeón del mundo de Moto3 con una increíble victoria en el circuito de Cheste. Viñales, Salom y Rins culminaron su gran temporada dando un precioso espectáculo en el GP de la Comunidad Valenciana que se decidió en la última curva de la última carrera.

El piloto catalán sufrió "una amputación traumática de la falange distal del dedo anular" de dicha mano, y este jueves se someterá a una intervención quirúrgica para "reconstruir las partes blandas y regularización del esqueleto", según informa el comunicado médico del grupo hospitalario Quirón.

Moto3 2013 - Maverick Viñales, piloto del Team Calvo sufre una caida durante los test en el Circuito de Jerez produciendose daños en su mano derecha

El fichaje, aunque confirmado por ambas partes, no está cerrado hasta que se resuelva el cobro de la cláusula. Aun así, el piloto, que aspiraba al título mundial de la categoría de menor cilindrada ya este curso, el de su segundo año en el campeonato, estará este martes y miércoles en el circuito de Almería –con permiso del que es todavía su equipo- para probar la KTM y empezar a trabajar con su nuevo equipo. Su objetivo, como aseguró el director deportivo, Pablo Nieto, sigue siendo tan ambicioso como el de este año: “Luchar por el campeonato”.

La joven promesa rompe con su equipo y sus representantes. Es segundo clasificado de Moto3, pero no terminará el Mundial. Rompe con todo y se baja de la moto después de tachar de poco profesional a ese mismo equipo que le hizo debutar en el campeonato, cansado de una moto que considera que no está a su altura y después de sentirse traicionado pues, afirma, se le ocultaron algunas ofertas de otros equipos para los próximos años.

"¿De dónde ha salido este tío? ¡Es increíble!”. La exclamación le salió del alma a Agustín Cuesta, por entonces entrenador del Cornellà, el equipo filial del Barcelona, tras observar las evoluciones durante un entrenamiento del chaval rubio de 18 años que le había enviado, a modo de prueba, el recién nombrado secretario general del club, Antonio Maceiras. Dieciocho años después, aquel chaval vuelve a Barcelona convertido en una de las grandes estrellas de la NBA, el líder de Dallas Mavericks.