La mañana del catorce de septiembre Pedro Fernández se levantó sabiendo que sería un día especial. A pesar de haber grabado casi cuarenta discos y de haber participado en seis telenovelas y veinticinco películas sabía que aquel día millones de ojos se clavarían en él mientras entonase el himno mexicano. En el fin de semana en el que se conmemoraba la independencia del país tenía que estar a la altura. Se observó ante el espejo y, tras maldecir su principio de alopecia, descargó medio bote de laca sobre su cabeza...