Que nos han pintado la cara de rojo en Brasil 2014 es todo un hecho. Que hemos hecho totalmente el ridículo, no hay dudas. Se puede decir de todo a la selección y la podemos acusar de muchas cosas, pero, hay una cuestión, a mi modo de entender más fundamental y es quien dirige el cortijo que se ha convertido una selección, que hasta hace seis años era la eterna promesa que se diluía por el camino.