Lucho Herrera, el jardinerito de Fusagasugá, subió una tarde de julio de 1984 Alpe D’Huez sin levantarse del sillín. Batió pedales y camino a la cima fue dejando a Bernard Hinault, Laurent Fignon y Perico Delgado como si fuesen migas de pan por las 21 curvas de herradura del gigante francés. Allí donde reventaron piernas que se creían de diamante y tocaron la gloria los elegidos entre muchedumbres que se volcaban hasta abrir un río humano entre pedaladas exhaustas, y volaría tiempo después un Pantani enloquecido despedazando a unos y otros hast

“25 años es una cifra que pesa. Es un número bonito cuando llegas a él, pero a toro pasado es una pasada, la velocidad con que llega”, reflexiona Pedro Delgado, de 53 años, quien en 1988 ganó el Tour. “Cuando pasaron 10 años de mi victoria, no me podía creer que hubieran pasado tan rápido, y ahora que son 25, piensas y exclamas: ‘¡media vida!”