Imagina que concentras todos sus esfuerzos en encontrar un reto increíble, una proeza al alcance de muy pocos. Piensa que, después de haberte currado toda la preparación, de haberte adaptado a las circunstancias, consigues entrar en la historia siendo el más rápido en subir y bajar de uno de los picos más altos del mundo. Kilian Jornet tuvo el honor de hacerlo en 2014, pero como a cualquier hijo de vecino, su proeza le duró poco. Sí, hay un superhombre por encima de él.