No cabe duda de que la actual fórmula, combinando un buque portaaeronaves anfibio -el L61 ‘Juan Carlos I’, de tipo LHD – con aviones V/STOL Harrier AV-8B, es francamente modesta si se compara con la de otros países poseedores de auténticos portaaviones. No obstante, cumple con los objetivos planteados por la Armada española.