La operación más importante ha tenido lugar en Albuñol, donde la Guardia Civil de esa localidad durante una inspección en un invernadero donde supuestamente había cáñamo industrial comprobó que el agricultor había manipulado las 6.221 plantas para conseguir sumidades floridas, los conocidos cogollos de marihuana, sin contar con la autorización de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.

Los ejemplares de cáñamo habían sido manipulados para aumentar su nivel de tetrahidrocannabinol, dando así lugar a la droga. En una de estas inspecciones, la Guardia Civil de Albuñol comprobó que en los dos invernaderos que el investigado poseía en Sorvilán y en Albuñol "había indicios suficientes para creer que no estaba cultivando cáñamo industrial, sino que las plantas habían sido manipuladas". En este marco, los agentes tomaron una muestra de 60 plantas para su análisis y el resto fueron puestas a disposición del Juzgado de Guardia de Motril.