Las respuestas inocuas del presidente Jair Bolsonaro a la pandemia están bajo la lupa de organismos internacionales. Testimonio crudo de esa "ausencia oficial" es el daño irreparable que la COVID-19 ejerce hoy sobre las tribus indígenas. La crisis sanitaria de los pueblos nativos de Brasil —305 en total, que hablan 274 lenguas propias y que se distribuyen mayoritariamente por la región amazónica— fue minimizada por las autoridades nacionales. Las aldeas han visto morir en menos de un año a más de 200 ancianos, víctimas del Coronavirus.