La urgencia de la situación no permite perder ni un minuto más en alimentar falsas alternativas. La ruptura con la socialdemocracia es una necesidad ineludible. Los políticos profesionales y sus partidos de izquierdas, sean del color que sean, no tienen nada que ofrecer a nuestra clase para hacer frente a todos estos retos. Son parte del problema y no de la solución. Frente a ellos, la única solución posible para nosotras es avanzar en el camino de la independencia política.

A la mayoría de nosotros se nos enseña desde pequeños que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) era un gobierno anti-democrático que gobernaba al pueblo desde arriba con mano de hierro. Sin embargo, aunque su sistema político distaba mucho de ser perfecto y gozaba de deficiencias como poca separación entre poderes, esta representación no tiene nada que ver con la realidad del sistema político soviético. De hecho, la Unión Soviética practicó una forma de democracia de abajo hacia arriba que enfatizaba la rendición de cuentas

A la mayoría de nosotros se nos enseña desde pequeños que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) era un gobierno anti-democrático que gobernaba al pueblo desde arriba con mano de hierro. Sin embargo, aunque su sistema político distaba mucho de ser perfecto y gozaba de deficiencias como poca separación entre poderes, esta representación no tiene nada que ver con la realidad del sistema político soviético. De hecho, la Unión Soviética practicó una forma de democracia de abajo hacia arriba que enfatizaba la rendición de cuentas

El desmantelamiento de la Unión Soviética ha sido uno de los acontecimientos más traumáticos para la clase trabajadora internacional. El Estado soviético que servía como contrapeso del mundo imperialista y el faro del proletariado mundial, fue derribado por una revolución anticomunista orquestada desde arriba, esto es, desde los aparatos más profundos del Partido y del Estado soviético. Junto con la URSS desaparecieron las repúblicas populares del Pacto de Varsovia dejando a los trabajadores de estos países a merced del gran capital.

Durante una buena parte de la Historia del Movimiento Obrero internacional, los trabajadores tuvieron siempre muy claro que su reivindicación fundamental como clase social no era otra que la de "expropiar a los los expropiadores". ¿Qué es lo que ha podido suceder durante estos años para que esta última demanda sea considerada ahora como "obsoleta" por parte de la izquierda sedicente y del "progresismo" hegemónico? ¿Ya no constituye una prioridad "cambiar de base" la sociedad actual como rezaba la letra de La Internacional?

Esto es lo que pasó, sin ir más lejos, en la Unión Soviética: los países capitalistas -los matones del mundo- generaban una presión que, mediante corrupción, ataques, guerras, etc., provocó que en el país se fueran reincorporando las relaciones de producción capitalistas por diversos medios hasta que el capitalismo fue totalmente reinstaurado produciendo hambres, muertes y paro. ¿Fracasó entonces el Socialismo? ¡No! Fracaso su revisión, fracasó la reintroducción de relaciones capitalistas, fracasó la idea de que se podía conciliar los intereses

Una leyenda negra consiste en exagerar todo lo malo o negativo y omitir todo lo bueno. Toda nación, todo grupo, toda ideología tiene su leyenda negra, y como buena leyenda es parcial y poco tiene que ver con la historia. La leyenda negra anticomunista dice que el comunismo propició la muerte de 100 millones de personas; una exageración de la propaganda occidental que han difundido partidos de izquierdas y de derechas y que ha logrado difundirse a través de las revistas, los artículos, la televisión o las tertulias radiofónicas.

Rafael, a sus 106 años lo tiene claro: ser comunista.