Bee-Zed circula en sentido contrario a la mayoría de asteroides. El asteroide, que permanece asentado en la órbita de Júpiter, pudo ser captado por el sistema solar hace miles de millones de años. Bee-Zed viaja en dirección opuesta al resto de planetas y asteroides del sistema solar. En otras palabras, el cuerpo celeste —que permanece asentado en la órbita de Júpiter, completando una vuelta alrededor del Sol cada doce años— lleva a cabo un movimiento retrógrado.