En octubre de 1997, varios grupos ecologistas se opusieron al lanzamiento de la sonda Cassini. El motivo de la protesta era el generador termoeléctricos de radioisótopos que llevaba la sonda —en realidad tenía tres del tipo GPHS-RTG—, un mecanismo que genera electricidad a partir del calor producido por la desintegración de plutonio-238. El temor de los ecologistas era que el plutonio pudiese contaminar una amplia región de la costa de Florida si el cohete Titán IV explotaba durante el lanzamiento.