Colocado más allá de la órbita lunar (400.000 kilómetros desde la Tierra) y a 60.000 kilómetros de la Luna, la investigación radioastronómica desde este satélite evita las interferencias de radio en las inmediaciones de la Tierra. Las longitudes de onda por debajo de 30 MHz, que caracterizan el Universo más distante, están bloqueadas por la atmósfera de la Tierra.