La espesa capa de nubes de Venus impide ver lo que hay debajo, pero una cámara de la sonda Parker ha logrado detectar, no se sabe muy bien cómo, la emisión térmica de su superficie. Además, se ha monitorizado una gigantesca onda atmosférica con la ayuda de astrónomos aficionados y el Telescopio Nazionale Galileo de La Palma ha medido los vientos del planeta.