Los vientos y los coloridos remolinos de Júpiter, conocidos como "chorros", han desconcertado a los astrónomos durante mucho tiempo.
Un misterio ha sido si los chorros sólo existen en la atmósfera superior del planeta -como los propios chorros de la Tierra- o si se sumergen en el interior gaseoso de Júpiter. Si esto último es cierto, podría revelar pistas sobre la estructura interior del planeta y la dinámica interna.