Lanzada en 2010, la sonda Akatsuki (Amanecer) de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial tenía que haber entrado en órbita alrededor de Venus el 7 de diciembre de ese mismo año. Pero un fallo en su motor principal, que se apagó antes de tiempo, impidió que realizara la maniobra de inserción orbital correctamente, con lo que se pasó de largo.