El muladar ilegal, en las inmediaciones de la barriada de Pajarete, en Algeciras, se ubica sobre una loma cuya propiedad es del Ayuntamiento y varios particulares. El cerro no cuenta con ningún tipo de vallado ni cerramiento ni vigilancia, a pesar de haberse convertido en un vertedero donde numerosos propietarios de equinos dejan los restos de los animales tras morir o bien los abandonan a su suerte cuando enferman o desean deshacerse de ellos. La aparición de nuevos cadáveres revela que el cementerio del caballos continúa sin control.