Perros abandonados, en muchos casos maltratados casi hasta la muerte, buscan una segunda oportunidad y demuestran, posando para fotógrafos profesionales, que lo han perdido casi todo, pero mantienen la dignidad.
Hace años pasé mucho tiempo queriendo retener a alguien que estaba lejos. Forzando la realidad con palabras del tipo Uno sólo conserva lo que no amarra (ay, Jorge Drexler). Llamando con mil voces en sueños a quien estaba lejos, como dice el poeta en su delirio nocturno: Tengo el poder de la madrugada...